Mg Urban
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Ibiza Centro fué diseñada en 2005 como un instrumento urbanístico con el que regenerar el área central de la ciudad de Ibiza. Puesto que el proyecto involucraba diversas administraciones, así como la construcción de importantes infraestructuras subterraneas en el corazón de la ciudad y el realojo de población a áreas cercanas, desde su inicio se vio la operación sometida fuertes presiones socio-políticas. Dada la gran influencia de estos factores sobre cualquier asunción relativa a precios o plazos de disponibilidad de terrenos, construcción o venta, resulta necesario un sistema de soporte decisional capaz de informar decisiones a pesar de la incertidumbre que en todo momento rodea al proyecto.
Modelo decisional:
En este estudio, se ha modelizado la operación y analizado qué pasaría en el caso de desarrollarla hoy siguiendo el esquema diseñado en 2005. Con el fin de mejorar la resiliencia de la operación a nivel económico y financiero se han distribuido en el tiempo las actuaciones previstas, reduciendo así la inversión anual máxima necesaria, y regulando el número de activos entregados al año a fin de evitar la saturación del mercado.
Para ello, la herramienta divide en fases la pieza central de la operación y propone alternativas óptimas de planificación de las actuaciones previstas, evaluando cuáles se comportan mejor ante las incertidumbres que se han modelizado:
Resultados:
En comparación con la solución inicial (pieza central en 1 sola fase, inicio temprano), la estrategia operativa seleccionada (pieza central en 5 fases, inicio con demoras selectivas) tiene una mejor capacidad de adaptación frente a la incertidumbre reduciendo el riesgo en los siguientes objetivos:
Por otro lado, dada la existencia de intereses divergentes, esta mejora en los objetivos económicos y financieros supone un empeoramiento en los de plazos de entrega, añadiendo 0,55 años al riesgo de retraso en el conjunto de la operación.
Conclusión:
Mediante una correcta estrategia operativa es posible distribuir en el tiempo tanto la ejecución de inversiones como la entrega de activos al mercado, evitando así un uso ineficiente de recursos financieros o la saturación del mercado. Esto, junto con el análisis de las incertidumbres de precios y plazos de todas las decisiones posibles, permite mejorar la resiliencia económica y financiera de la operación, aunque a costa de un incremento relativamente bajo del riesgo en los objetivos de plazo de entrega.